Mi relación con la muerte

NOTA INICIAL: No todos los textos que escribo aquí están directamente relacionados con el feminismo, algunos de ellos estarán relacionados por ejemplo con el espíritu, como lo es este fragmento de un escrito que me sirvió para vaciar la mente en momentos recientes, un tanto obscuros (por lo que la redacción no está muy cuidada). Los hilos que conjuntan la substancia de los escritos se irán revelando a su tiempo.


Entre todas las posibilidades que hay entre la palabra "vivo" o "muerto" existen asuntos que van desde lo que se entiende racionalmente con los muertos, hasta con asuntos de cuerpo, espíritu, máquinas que activan procesos que nos hacen percibir como vivos.
Ahora no tengo la claridad mental suficiente como para ahondar en lo racional pero sí podría decir que he experimentado una sensación de muerte muchas ocasiones en las que nada me mueve, en las que pierdo el rumbo, en las que olvido quién soy. Si no se quién soy, aún sigo siendo, aunque no lo sepa, pero si no lo siento o no lo percibo parece como si no fuera, como si no existiera, y a la vez me aprisiona el latido del corazón, la sangre que aunque más lento se sigue moviendo, la respiración que sigue tomando la energía que nos da oxígeno, la mente sigue fabricando ideas, sigue aunque lenta y vacía teniendo que lidiar con todo, estar muerta, no responder, estar quieta, fría, sin emoción alguna más que la de querer permanecer ahí, pero sin respirar más, sin tomar nada más de nadie. 
Ahora ya no es así, la muerte y yo tenemos una relación diferente.

A veces sueño con alcanzarla a voluntad, estar experimentando sucesos fatales para saber qué se siente que definitivamente todo se apague y sin regreso. 
Alguna vez mi mamá me sugirió acercarme a la tanatología, lo veo como estudiar la muerte y la mente, el espíritu  y las emociones en relación con la muerte, los duelos, las injusticias, el ego. 
No es solo la muerte por sí misma quien nos aleja del sufrimiento, sino que en la vida viene después otra cosa, la muerte de algún modo es un límite, una liberación, es el final de uno de los tantos ciclos de lo que se compone el todo, no siempre podemos decidir con qué nivel de violencia o agresividad llega ese fin, pero si hay algo seguro es que ese fin llegará, la eternidad se prolonga al infinito con muertes infinitas y nacimientos constantes, el final parece ser solo una interpretación humana. 

Justo ahora caigo en cuenta ante situaciones difíciles,  de que ya no quiero "morirme ya", me moriré cuando tenga que suceder, no va a ser una decisión solo mía sino también del dios de la muerte, de Kemee, de todos los dioses, del Dios más grande que yo, por algo sigo aquí a pesar de haber deseado tantas veces ya no estarlo. Es un nuevo momento que requiere de planeación y entender que el amor propio es primero. 
Las rupturas son ilusiones como la muerte, de todos modos todos estamos conectados, de todas maneras todos somos dios, tengo absolutamente todo y absolutamente nada, y con eso, así bajo ese contexto también sigue siendo momento de cambio. 
Poco a poco vamos a ir cambiando las cosas aquí, no me ahogo, yo soy el agua. 

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