Las aventuras de la verdad, parte 2

Tiempo atrás quise investigar a fondo el tema de la trata de niñas y mujeres, leí algunos libros, vi un montón de documentales, hasta vi series gringas que hoy puedo decir que son hasta cierto punto desinformativas, dentro de esas investigaciones me encontré con información de utilidad para mi vida cotidiana que nunca voy a olvidar.

En alguna ocasión vi un video donde se entrevista a ex padrotes, decía uno de ellos "es bien fácil, las enamoras y con eso ellas hacen lo que sea, las mujeres hacen lo que sea por amor", literalmente las mujeres que captó este sujeto se prostituían bajo chantaje de "si me amas vas a hacer lo que yo te pida".

Me impresiona encontrarme a mí respondiendo una vez más a estos chantajes dentro de distintas instituciones sociales como lo es el noviazgo o la amistad. A este punto yo no vuelvo a ver con los mismos ojos a nadie que me venga con discursos de que el amor puede todo, que el amor es la energía más sagrada, que el amor es lo que va a salvar al mundo, etc., cada vez que alguien nuevo viene a mi vida a intentarme manipular por medio del amor recuerdo muy claras las palabras del padrote "las mujeres hacen lo que sea por amor", y aunque no se trata de satanizar el amor, sí me siento hoy en día en una crisis interna que se ha profundizado al rededor de ese tema, y aunque antes les ponía cara de hombres, hoy veo que el género es indiferente cuando se trata de chantajear y manipular en el nombre del amor.

Cada nueva traición la agradezco porque me despierta desde adentro una voz que me conscientiza sobre algo nuevo, algo a lo que no habría podido llegar de otro modo, y aunque no se siente bien y duele mucho, es precisamente ese dolor el que despierta la consciencia. Hoy puedo decir que fui víctima mientras estuve a ciegas manipulada, pero a partir del momento en que vivo la verdad puedo decirme consciente y libre, tengo hoy nuevas herramientas que me permiten ver más allá de lo que veía en el pasado, son verdades que me traen mucha paz. Hay crueldad en la vida, pero no toda la vida es cruel. 

Si bien el amor es una energía bastante vital, hay mucho que se disfraza de amor y en el fondo cuando se le agrega verdad, me doy cuenta que nunca lo fue, y aunque claro que hay un sentimiento de estafa al descubrirlo así, me doy cuenta de que no tengo entonces nada que lamentar, pues una vez más el amor que yo di solo yo se cómo fue, solo yo se la verdad con la que se construyó, hoy dejé atrás el ser víctima de la mentira y puedo abrazar este nuevo estado de consciencia donde aunque estuviera sola estaría bien conmigo, estoy en paz y a demás estoy acompañada de muchas relaciones que siguen en pie, sanas, transparentes, no todas con la misma cercanía, no todas con el mismo nivel de confianza, pues el depositar confianza en alguien no es gratis y así nomás, se corrobora con las acciones.

Se lo he dicho una y otra vez a quienes pretenden ser gente super cercana a mi vida: yo no tengo ninguna necesidad de estar espiando si lo que me dices es verdad, la verdad siempre llega a mí, siempre, tarde o temprano pero llega. 
La gente cercana a mí sabe que no me gusta mentir, no me gustan las dinámicas de esconder cosas, de construir versiones que tengan segundas intenciones, y por lo mismo no me duran las relaciones con personas que mienten, menos si me mienten a mí. 

Dentro de los acuerdos que tengo con las personas cercanas es que una de las bases de nuestra relación sea la honestidad, la cual no es equivalente a saber todo de la otra persona, simplemente que lo que se de, lo que quieran compartir voluntariamente sea honesto, así es como las emociones fluyen en un campo fértil y sano. 
Para mí son importantes los acuerdos porque cuando nos acercamos a otrxs nos vulnerabilizamos, para tener ciertas certezas y un sentido de la protección mutua, se establecen ciertos acuerdos que nos permitan darle un marco a la libertad, como dice una gran amiga, los límites son aliados.

Cuando los acuerdos se rompen, cuando los límites se sobrepasan, es entonces que la relación entra en crisis, y es ahí donde puede ocurrir muchísimo daño, es ahí donde las verdades se revelan y donde es tiempo de tomar nuevas decisiones. 

Tengo derecho a sentirme triste, enojada, estafada, cuando alguien en quien confío, porque se mostró conmigo como alguien en quien podía confiar, me miente en la cara; tengo derecho a exigir respeto si yo lo he dado, y eso no me convierte en ninguna policía de la moral, ni en inquisidora, ni es juzgar, es tal cual hacer un reclamo con base en un acuerdo que se ha roto, no queda en mí si la persona decide no hacerse responsable de su acción, no queda en mí las agresiones que quiera ejercer contra mí cuando le he puesto un límite de respeto, no es mi culpa que decida usar su poder para hacerme daño, no es mi culpa si la demás gente decide creerle por encima mío sin si quiera acercarse a verificar los hechos, y es una decisión complemente respetable si yo decido darle una oportunidad más a la amistad como si ya no. 

Me ha pasado muchas veces en la vida, pero como dije antes las cosas ya cambiaron, hoy soy una mujer libre, consciente, honesta, valiente, muy afectiva y amorosa, soy valiosa y mucha gente va a querer lo que soy o lo que tengo, a costa incluso de sí mismxs, al final no perdí nada, hoy me siento entera, ya ni decepcionada, eso sí un poco cansada emocionalmente de estar lidiando con cosas que son dolorosas, y comprendo que no tengo necesidad de aferrarme al pasado pues respeto la muerte y sus ciclos, no tengo nada que lamentar, sino puro agradecimiento para recibir el ciclo que viene. 

Agradezco al gran todo por las enseñanzas y las nuevas responsabilidades que pone en mis manos con este nuevo conocimiento, agradezco que siga trayendo gente tan tan bonita a mi vida, con quienes puedo disfrutar el presente, con quienes puedo tener discrepancias pero seguir dentro del respeto mutuo, con quienes nos podemos señalar nuestros errores y aciertos humanos con la mira a ser congruentes con nuestra versión de quienes somos individual y colectivamente. 

Agradezco al gran todo por la sabiduría que ha traído a mí, puedo decir que la Rosaura de 23 años estaría hoy muy feliz y orgullosa de la Rosaura del presente.


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