¿Pueden cambiar?

 Veía el caso de Yeri Mua y regresó otra vez esa pregunta ¿los hombres violentos pueden cambiar para dejar de serlo?


Me decepciona demasiado la evidencia, porque me he visto llorando, tristísima, pensando "no quiero dejar a esta persona que amo, la mayoría del tiempo me ama y me trata bien pero, de un tiempo para acá se ha vuelto violento conmigo ¿Será que si sigo aquí va a seguir siendo violento? Me da miedo que sí"


Y entonces llega la crisis existencial de pensar "será que todas mis próximas parejas hombres van a ser así también? Primero muy respetuosos y amorosos, y luego violentos?", pensaba "y si lo termino pero en realidad sí podía cambiar y yo no le di la oportunidad? Eso en qué me convierte? Me arrepentiré?"


Yo no quería solo soltar mi fe en que un hombre violento como pareja podía cambiar, tal vez no "por mi amor", pero sí como parte de su crecimiento humano.

A mis ex parejas les he tenido mucha paciencia, entiendo y veo cómo les afectó la crianza y la presión social machista, su identidad está contaminada de misoginia aunque algunos de ellos genuinamente fueran de muy hermoso corazón. Es super trágico que todos han sido abusivos, ninguno es excepción, todos hicieron cosas que me han demostrado su misoginia normalizada, incluso algunos de ellos han cometido delitos en mi contra de los que no puedo hablar.


Nunca quise llegar a ese punto con ninguno y por más que le he dado vuelta buscando con terapeutas "dónde está mi responsabilidad aquí?", la respuesta unánime es: tú no hiciste nada para merecer la violencia que se ejerció en tu contra.


Me ha costado demasisdo trabajo creer eso, siempre pienso que fui yo con mi intensidad, mis límites estrictos, porque no le caigo bien a sus amigos, por contestona, por presionarles a hacerse responsables de los daños, básicamente por insumisa con lo hegemónico. He aprendido con el tiempo a exterminar la idea del amor incondicional, el amor tiene que ser condicionado para las parejas.


Mi amor esta condicionado al respeto, sí o sí, prefiero pasar unos meses de mierda por el duelo de perder a alguien que amo porque dejó de respetarme, a vivir otra vez atorada en la eterna esperanza de que algún día este "increíble ser humano va a cambiar porque es muy inteligente, capaz, tiene un buen corazón", y que luego solo empeore su nivel de irrespeto hasta llegar a un abuso más directo, al ejercicio de la violencia.


En mi experiencia es precisamente en la etapa de negociación de terminar la relación donde se ejercen los niveles más altos de violencia, por lo que veo lo difícil que puede ser salir.


Y llega esa pregunta ¿Será que nunca van a cambiar? ¿Soy yo la que atrae a esos hombres?

Luego pienso en mis compañeras, en todas las que se me han acercado a contarme sus historias de violencia y entonces entiendo... Yo jamás, nunca, las culparía por atraerle a esos hombres que eligieron ser violentos con ellas, si ellos ya no estaban conformes en esa relación debieron irse de forma respetuosa, pero eligieron ser violentos. 


Y da vueltas la pregunta ¿qué hay de la redención, el crecimiento, la trascendencia? ¿podrán ellos cambiar su dinámica de relacionarse con las mujeres que tienen por pareja?

A estas alturas puedo decir que las probabilidades que puedo intuir estan en un 90% no, 10% sí.


La cárcel no los va a cambiar, incluso terapia no siempre funciona, pues la terapia no es un espacio donde pagas para que alguien te cambie, es un espacio donde unx va a cambiar o no desde su voluntad, tiene que haber un esfuerzo constante y sostenido, que a demás duele. Les resulta más fácil solo cambiar de pareja, a la cual también violentarán, porque no existe nada en esas mujeres que pueda hacerlos cambiar sus comportamientos de violencia normalizada.


Por cierto si alguien tiene estudios que me den luz de este problema a fondo, donde se explique a nivel estadístico, alguna investigación que le de seguimiento a hombres que quieren dejar de ser violentos, pásenla plix. Un episodio de las Brujas estaría bien.


Veo el caso de la Yeri donde ahora ha decidido salir con un hombre que es profundamente violento, un agresor sexual sistemático, y siento pena por ella. No hay nada mágico en ella que pueda hacer cambiar al tipo, las probabilidades de que viva otra relación violenta son por pura lógica muy elevadas. 


Me identifico con el pensamiento mágico de "tal vez a mi no me va a hacer nada, tal vez si yo le doy una oportunidad y llevamos la relación con todo lo que se podamos tener algo sano". Error, pues no se trata de lo que se o lo que soy, los problemas de violencia siempre fueron de quien los tiene, nunca de las mujeres con las que se relacionan. Probablemente nosotras tengamos nuestra parte de responsabilidad donde podemos sanar heridas, pero no tendríamos que ser perfectas para poder tener pareja, no es "primero me sano al 100% de todo y luego ya ningún vato va a ser violento conmigo porque yo no lo voy a permitir", porque no hay absolutamente nada que podamos hacer para controlar que la otra persona sea o no violenta, nada.


Nadie, ni un solo hombre que tenga capacidad de tener pareja es "incapaz" de violentar, como si fueran "buenos y malos", no funciona así. Tampoco es que todos los hombres "por naturaleza" son violentos, ni pendejos (como muchos aseguran que yo sostengo). Lo que sí sostengo es que el sistema en el que vivimos crea victimarios y víctimas, por eso lo tenemos que desestructurar.


Lamento mucho hoy en día tener evidencia de que aquel exnovio por el que lloré tanto pensando si podía alguna vez dejar de ser violento conmigo jamás dejó de serlo, lleva años dedicando energía para convencer a mis amistades de abandonarme, cosa que no le ha funcionado, pero no quita lo trágico que es que esa esperanza que alguna vez tuve de que tal vez él podría ser diferente, crecer, detener sus comportamientos dañinos hacia mí, se ha extinto por completo. "Son patadas de ahogado" dicen nuestrxs amigxs en común, porque lo expuse y ahora hace todos los esfuerzos para que no me crea nadie, en algún momento le contaba esto a mi mamá y ella solo dijo "cómo no va a ser cierto? Si hasta ya te me andabas muriendo"

No he querido ser yo quien diga eso tan abiertamente porque estoy harta de la revictimización de todxs quienes lo defenderían siempre incluso siendo testigos o habiendo vivido también violencias de su parte.


Hace falta mucha fuerza e integridad para reconocer la violencia que ejerce alguien que amamos, y mucha más accionar al respecto, solo diré que todo quien lo ha solapado es cómplice de la violencia sistemática que vivimos todas las mujeres.

A los amigos o potenciales parejas violentos hay que señalarles su violencia, no hace falta cancelarles o violentarles de regreso, pero ¿para qué defender lo indefendible?

Es trabajo de todxs accionar contra la violencia normalizada para poderla erradicar.

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